En los vastos campos de batalla de los videojuegos, el poder de los gráficos es a menudo la máxima prioridad. Sin embargo, en un movimiento estratégico para su próximo gran conflicto, los desarrolladores de Battlefield 6 han decidido tomar un camino diferente. En lugar de perseguir el realismo visual del trazado de rayos, han optado por la victoria táctica del rendimiento.
Esta no fue una decisión de última hora, sino una filosofía que guió el desarrollo desde sus cimientos. Los creadores han renunciado deliberadamente al «ray tracing», esa magia de la iluminación y los reflejos que exige un peaje enorme en el rendimiento de las tarjetas gráficas. Su objetivo es claro: asegurar que un mayor número de jugadores, incluso aquellos con equipos más modestos, puedan unirse a la batalla sin sacrificar la fluidez.
Con esto, el equipo de Battlefield 6 ha decidido que, en el fragor del combate, los cuadros por segundo son más valiosos que un reflejo perfecto. Han apostado por tecnologías como DLSS 4 y FSR 4 para mejorar el rendimiento sin la carga del ray tracing, asegurando una experiencia de juego impecable para todos. La guerra se librará en el campo de la accesibilidad, y al priorizar un rendimiento estable y fluido sobre los efectos visuales de vanguardia, Battlefield 6 se prepara para reclutar a un ejército masivo de jugadores.