En el vasto y a veces frustrante mundo del gaming, una batalla silenciosa se libra: la de la mala optimización. Muchos juegos de hoy, a pesar de sus gráficos deslumbrantes, no logran aprovechar el poder de las tarjetas gráficas más potentes, dejando a los jugadores con un rendimiento decepcionante.
Aquí es donde comienza la historia de este video. Con un equipo de alta gama equipado con una RTX 5090, el presentador se sumerge en el mundo de Monster Hunter. Sin embargo, a pesar de su hardware de última generación, el juego apenas logra superar los 70 FPS en 4K, una cifra que se siente más como una atadura que como una experiencia fluida. El drama es palpable: una tarjeta gráfica diseñada para dominar, reducida a un rendimiento que no le hace justicia.
Pero la esperanza llega en forma de tecnología: la Multi-Frame Generation de NVIDIA. Con solo activarla, la narrativa del juego cambia por completo. Los números se disparan, de esos 70 FPS a más de 170, transformando la experiencia de algo frustrante a algo liberador y casi mágico. El stuttering y las caídas de frames desaparecen, revelando la verdadera fluidez que un juego como este debería tener.